En el espacio infinito, nos encontramos pisando la tierra que nos sustenta, que curiosamente es redonda. El mismo sol, que nos calienta y nos ilumina parece redondo, solo tapado por sus rayos solares que lo envuelven con su ardor. Como en clases de dibujo donde cada figura las componen pequeños círculos ,elipses o cuadrados. Formas geométricas que compuestas conforman grandes obras ,o simples miniaturas de nosotros. Y como las ruedas de un carro ,que nos trasportan ,mientras cada parte de su esfera toca el suelo, así nos presentamos al mundo. Rodeados de cientos de ciclos, que nos influyen en nuestro estado emocional y funcional. Porque no solo los biorritmos acusan en nuestras decisiones ,incluso en nuestro cuerpo, más cansancio o mas fortaleza ,dependiendo de en que fase estés. Si no que también la luna nos embelesa con su poder enigmático, arrastrándonos como pequeñas y delicadas plumas por su cielo, hasta el punto de cegarnos ,persiguiendo aquello que deseamos , que nos nubla la vista. Bajo su influjo, la sangre burbujea ,mientras los colmillos salen ,imaginando en nuestras fauces, el sabroso sabor de esa víctima anhelada. Nos arrebata , enloquece nuestro consciente, relegados a una lucha inimaginable por mantenernos fuera de ella , mientras nuestro deseo palpita fuerte en nuestro pecho.
Ciclos, que como una noria, nos hace volar cuando estamos en lo más alto ,viendo posible lo imposible, sintiendo fuerzas para ser inmortal, y llenando nuestro cuerpo de fuerza ,de magia ,de valentía. Pero todo l oque sube y toca el cielo, no tiene otro camino que bajar, y mientras bajas ,sientes como las caricias de los ángeles, se despegan de tu piel, como las alas pierden sus plumas, como esa energía se deshace con la brisa, pero todavía eres capaz de levantarte de la cama, aunque el día salga nublado. Pero al sentir la tierra en tus pies, el mundo se hunde a tu alrededor, notas como las raíces de lo oscuro se aferran a tus tobillos, tan solo escuchas pequeñas vocecillas de algunos duendes que intentan alentarte para seguir caminando ,a pesar de que las raíces no dejan que tus pies se muevan. Echas de menos tus alas, la fuerza ,la valentía se perdió en la caída. Nada tiene sentido y tan solo deseas, bajarte del mundo en la próxima parada. Pero todos los ciclos, tarde o temprano , terminan. Y los días negros ,repletos de rayos que caen cerca de tu cuerpo terminan.Poco a poco ,la noria que te porta vuelve a subir... y aunque no tengas alas ,acaparas la energía del sol ,para confeccionarte unas.
Un maldito ciclo, constante e initerrumpido. A no ser que te dejes vencer por las raíces de la tierra oscura y descanses siempre en su espacio....
Mira a tu alrededor, todo está medido, todo lleva su paso, como el pedaleo en la bicicleta. Las ruedas giran ,mientras las piernas dibujan en el espacio un circulo....cíclico como el palpitar de tu corazón ,que bombea sangre siempre en el mismo orden, como el ciclo del movimiento, el del motor de tu coche...todo está escrito ,todo conlleva siempre un mismo funcionamiento....todo está medido por ciclos.
Hace unos días que hubo luna llena, cientos de personas sintieron su influjo. Ahuyaron a su luz, mientras desbocados corrían como lobos hambrientos tras su pasión. En la parte alta de mi noria, desplegó mis alas, mientras la luz de luna me baña poderosamente. La tercera luna roja hace días que pasó.
Todos los ciclos están en la parte más elevada, donde se ve el horizonte, donde me siento poderosa ... solo tengo que desplegar mis alas y volar ,antes de que sienta los horrores de la caída.
La gata bullanguera
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